A mis lectores



Estimado/a lector/a:

Me complace presentarte mis publicaciones y compartir contigo reflexiones cercanas, sencillas y poéticas que invitan a detener el tiempo. 

Mi primera novela es Pan con vino y azúcar. Realicé este trabajo entrevistando a personas mayores que vivieron la Guerra Civil Española, la posguerra y el levantamiento de un nuevo país en zona rural. Con ellas aprendí a dar valor a nuestras vidas actuales. Por ellas y para ellas, escribí esta novela. Para honrar y dignificar sus vidas, sus voces que se están alejando de nuestra memoria colectiva. Pan con vino y azúcar une el pasado con el presente invitando a comprender a nuestros orígenes, a nuestra historia. Es una novela llena de valores.

Gracias al trabajo de investigación que realicé con Pan con vino y azúcar y a una intensa etapa de crecimiento personal, creé Evolución que se compone de sencillas reflexiones que invitan a valorar nuestro tiempo, la relación con nosotros mismos y con los demás, acercándonos a la pluralidad. 

Te ofrezco adentrarte en el sosiego mediante la lectura de mis creaciones.

Disfruta de ellas.


Un abrazo.

Cristina Romea



Foto en la Alhóndiga de Bilbao con Emy, una de mis lectoras. 
¡Agradecida de conoceros!




Ponte en contacto conmigo

Me gusta dar a conocer mi trabajo. Divulgar las claves reflexivas que fui desarrollando durante el proceso de creación. 

Puedes ponerte en contacto conmigo si:

-Estás interesado/a en una presentación en tu zona rural o ciudad.

-Tienes una inquietud por comentar algo relacionado con mis creaciones.

Los ejemplares se pueden comprar a través de Amazon. Si no puedes o no quieres comprar por Amazon puedes ponerte en contacto conmigo y te facilitaré su entrega.

Te espero.

cristinaromea.blog@gmail.com

 O visita:    página de facebook


Vídeo presentación Pan con vino y azúcar


Presentación en Bilbao de Pan con vino y azúcar.  ¿Te lo vas a perder? Sólo son cinco minutos.

Mejor, disfrútalo.


Pan con vino y azúcar



Pan con vino y azúcar es una historia de ficción que brinda la oportunidad de abrazar al pasado. El ayer influye en el ahora. La comprensión profunda de las circunstancias conduce a la liberación








Adquisición de ejemplares en amazon

Pincha aquí: EN PAPEL Y EBOOK

Presentaciones

La novela también hace referencia al problema de la despoblación. En las presentaciones, entre todos, damos voz a nuestros abuelos, quienes vivieron la reconstrucción de nuestro país tras la Guerra Civil. Honramos el pasado para valorar lo que tenemos ahora. E invitamos a que la memoria histórica y rural no caiga en el olvido. 

19/11/2022 en Calatayud (en Natural World) a las 11h.

19/08/2022 en Villafeliche a las 19h.

18/08/2022 en Torrelapaja, junto con Carlos Rubio.



Reznos (Soria)





Torrelapaja (Zaragoza)






Conoce Peñalcázar, el escenario de mi nueva novela


Mónica, nuestra protagonista de Pan con vino y azúcar, nos narra una visión poética y humanista sobre el pueblo de sus abuelos: Peñalcázar.


Aquí, desde este blog, os muestro  breves pinceladas de su  historia real mediante fotografías y datos que fui recogiendo para la creación de la novela.

Muela de la Peña. El pueblo está situado en la planicie a unos 1200 m de altitud


Murallas: entrada noroeste
 

Camino de acceso noroeste


Actualmente, Peñalcázar es un pueblo abandonado situado en lo alto de una peña rocosa.

Su situación estratégica,  cercana a la antigua zona de paso fronteriza que dividía Aragón con Castilla por la provincia de Calatayud y Soria, fue clave en su papel de fortaleza.

Fue ocupada por distintas civilizaciones: celtíberas, romanas, visigodas, musulmanas y cristianas. Actualmente, sólo se pueden apreciar las ruinas de épocas romanas, musulmanas y cristianas.

Su mayor esplendor fue durante el s.X, en época musulmana, formando parte de las plazas fuertes que controlaban el territorio del Duero.

Iglesia con torreón dedicada al Arcángel San Miguel S.XVI (Norte)


Vistas estratégicas: el Moncayo desde desde el norte


Ladera Sur. Murallas

Segundo acceso a la villa (Sur)

Al estar situada en lo alto de una peña, sus paredes formaban una muralla natural, salvo en aquellos lugares en los que la ladera caía quedando el acceso desprotegido. Es el caso del segundo acceso a la villa donde quedan restos de murallas de época musulmana y cristiana.

Al este, la ermita renacentista, hoy derruida.

La ermita renacentista fue, en época musulmana, una torre vigía que controlaba la entrada de la frontera y la Sierra de Deza. 

En algunas investigaciones quedan reflejadas que Peñalcázar fue conquistada por el Cid Campeador. En el Poema del Myo Cid es nombrada como Alcoçer y describe su presencia como un "otero, redondo, fuerte y grande". 

Su nombre Peñalcázar proviene de Alcoçer, que significa castillo. Cabe la probabilidad de que en Peñalcázar hubiera habido un castillo o fortaleza, hoy en día no localizado, que seguramente esté soterrado. En la novela Pan con vino y Azúcar, Mónica te acompañará, mediante un pequeño recorrido a que descubras donde puede encontrarse ese castillo o fortaleza.

Aljibe romano

Estas ramas que sobresalen por este agujero, pertenecen a un árbol que ha crecido dentro del antiguo aljibe.
Nevero romano

Antiguo caserío

Si visitáis alguna vez el yacimiento arqueológico de Numancia y observáis la reproducción de una casa celtíbera, no dista demasiado en tamaño y forma a las construidas en Peñalcázar. 


Como os he comentado su importancia hacía referencia a un lugar estratégico utilizado para proteger la frontera. Así, fue testigo de la Guerra de los dos Pedros en el s.XIV. De los enfrentamientos entre Navarra y Aragón en el s.XV. Y de la Guerra de Sucesión en el s.XVIII.
Una vez que las guerras finalizaron, su papel de fortaleza dejó de tener interés. Con el paso de los años se desvió el paso de la frontera hacia el valle del Manubles, actualmente entre Torrelapaja (provincia de Calatayud) y Ciria, (provincia de Soria). 

Mi abuela nació y creció allí. Los habitantes vivían de la ganadería y la agricultura soportando unas duras condiciones metereológicas en invierno y sin agua corriente. 

La despoblación llegó a Peñalcázar en 1976. Desgraciadamente, los saqueos comenzaron antes.
Hoy sólo quedan ruinas que sobrecogen al caminante que se adentra entre sus piedras derruidas.
He subido muchas veces a este lugar. He llevado a muchos amigos a recorrer sus calles. Ninguno de ellos desciende de La Peña igual que subió. 

No os desvelo más. Darle la mano a nuestra protagonista Mónica, en las páginas de Pan con vino y azúcar y ella os encaminará a descubrirla.

Un abrazo,

Cristina Romea





Presentaciones en prensa




Breves reflexiones sencillas y poéticas


Os invito a detener el tiempo. A dejar la inmediatez y adentraros en unas reflexiones sencillas y poéticas.
                                 
                 Os habéis planteado alguna vez qué:

   

 ¿La paz externa se crea desde la paz interna?

 ¿La naturaleza nos muestra nuestro ritmo respiratorio natural?

 ¿Nos reconocemos por lo que hacemos y no por lo       que somos?

 ¿El sentimiento de culpa puede servir para mejorar?

 ¿El perdón es nuestra arma de liberación?

 ¿El dinero no se consigue? Está.

 ¿Hay amenazas que son irreales?

 ¿El Ego es un espectador que no cesa de parlotear?  

  Evolucionar nuestra mirada, depende de cada uno de nosotros. 



¿Quieres uno? Pincha aquí:

Muestra de reflexión incluida en Evolución


Es muy habitual encontrarnos con alguna persona y que esta nos pregunte por nuestro trabajo o por nuestros estudios. Rara vez respirará, nos mirará a los ojos y nos comentará sinceramente: “¡qué bien te veo!”
Si os encontráis con alguien así podéis deteneros y darle un abrazo sin reparos pues os estará  reconociendo por lo que sois, no por lo que hacéis.
En nuestra sociedad el reconocimiento está invertido. Nos valoramos por lo que hacemos, no por lo que somos. Desde este punto nacen las exigencias y las autoexigencias para ser reconocidos mediante un logro. A menudo, perseguimos el éxito dejando nuestro bienestar al margen sin ser conscientes de que el reconocimiento por lo que somos ya lo tenemos, sencillamente por existir.
Lo que hacemos es el medio por donde extendemos nuestra esencia. Sin nuestra labor, nuestro universo, el de cada uno, se queda en cenizas pues no puede extenderse y pierde su capacidad de crecimiento evolutivo.
Cuando el reconocimiento y el valor están orientados a nuestra naturaleza interna, la capacidad para crear y extendernos mediante una actividad surge con la motivación y esta a su vez encamina al éxito.
Cuando el valor se enfoca en los logros sin el reconocimiento interno, el éxito obtenido es efímero y carente de esencia.
La pregunta: “¿para qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?” ayuda a obtener respuestas. Si esa respuesta está ligada a una búsqueda de reconocimiento, el proceso debe ser invertido pues el reconocimiento no está afuera, sino en uno mismo.


Cristina Romea
blog.cristina-romea.com

Evolución en la Prensa





Si prefieres ir al enlace de Diario Noticias de Álava, pincha en el siguiente:

Enlace al artículo 

Julia: poderosa feminidad

 



Desnuda frente al espejo Julia sonreía.

El brillo de sus ojos destellaba entre sus pupilas azules.

Con una sutileza exquisita, levantó el brazo derecho acercando su delicada mano hacia la cabeza. Despacio, la deslizó por el cabello deteniéndose a jugar con un tirabuzón.

Detuvo el gesto de inmediato cuando bajó su mirada hacia su pecho desnudo.

Abrió la boca a modo de asombro. ¡Cuánta belleza y juventud desprendía!

Despidiéndose de su cabello, rozó su ovalado rostro para pasar a detenerse en el hueco clavicular. Tecleando tímidos círculos acarició su esternón, atreviéndose a posar la palma de la mano en el seno izquierdo. Un cosquilleo erizó la piel de todo su cuerpo.

Mientras contenía la respiración, observando que no fuera observada, Julia se llevó la mano izquierda a su boca. Se acarició los labios: ardientes, suaves y húmedos.

Abandonando el tacto de su pecho, presionó su vientre: plano, terso, vibrante…

¿Madre? ― le llamó dulcemente su hija.

Julia giró lentamente la cabeza para mirarla.

¡Madre, se va a enfriar! ― recriminó mientras le tapaba con una toquilla.

Julia volvió a mirar hacia el espejo. Elevando sus mejillas, alargó su brazo torpemente para despedirse de aquella muchacha llena de sensualidad. Poderosa feminidad.

Vamos madre. Tiene que soplar las velas. Hoy cumple ochenta y un años.

El pensamiento en nuestras creaciones


Es difícil hacerse a una idea de un futuro alentador cuando el panorama mundial es tan oscuro. ¿Nuestra forma de pensar tiene algo que ver en este escenario?

El pensamiento conlleva realizar acciones mediante las emociones por lo tanto, las acciones creadas estarán determinadas por nuestra manera de pensar. La cadena es la siguiente: Pensamiento (viaja a través del sistema nervioso) - llega a la emoción – la emoción ejecuta la acción. 

Hace poco llegó a mis manos un libro titulado Pensar rápido, pensar despacio. En él se diferencian dos sistemas de pensamiento. Uno, el intuitivo donde actúa la inmediatez y el otro, el que da paso al pensamiento más reflexivo. Ambos se comunican entre sí, siendo el segundo quién ofrece a la inmediatez una respuesta más elaborada. En el momento en que un pensamiento inmediato acude a la mente existe la opción de observarlo y procesarlo antes de que actúe desde una emoción irracional. Al procesarlo lo estoy situando en un estado neutro. Desde ese estado se obtiene la capacidad de dirigir las acciones.

El martes veintisiete de septiembre, estuve en una conferencia del profesor de filosofía Guillermo Navarro. Ofreció al público una sorprendente apertura reflexiva sobre la influencia de Nietzsche en el pensamiento moderno. Los conocimientos que transmitió, se iban conectando en mi cerebro con partes de algunos capítulos que había leído en el libro: Pensar rápido, pensar despacio. Esas conexiones me llevan a crear esta reflexión:

Si utilizamos la mínima parte del cerebro es difícil descubrir nuestras capacidades más brillantes para realizar cambios en nosotros mismos y en la sociedad.

Cuántas veces al cabo del día observo a mi alrededor o en las noticias a grupos de personas enzarzándose por demostrar su razón sin detenerse si quiera a realizar una autocrítica o análisis de lo que está sucediendo. Y cuántas veces escucho la frase “nos están manipulando”. Sí, es cierto. Si no utilizamos el pensamiento crítico, nos van a manipular en cualquier ámbito de nuestra vida. Observemos por ejemplo los resultados de las votaciones electorales cuando cambiamos constantemente de partido; de una polaridad a otra. ¿Elegimos conscientemente? 

En la conferencia, el señor Navarro nos ofreció dos preguntas para pensar. ¿Todo lo que hace el Gobierno es malo? ¿Todo lo que hace la oposición es malo? Y quedó en silencio para que estas preguntas pudieran llegar a ser procesadas, pero no desde la inmediatez.

Mi respuesta a estas cuestiones es que si yo creo lo que me están contando, sin utilizar mi sistema de pensamiento que me ayude a cribar lo que estoy escuchando (alejándolo de la emoción dominante) entonces sí, todo lo que hace el gobierno o la oposición es malo. Y esta creencia será quien determinará mi voto. Por lo tanto, no nos extrañe que la manipulación emocional (de fácil acceso al pensamiento inmediato, donde se generan las creencias más irracionales) sea utilizada como arma para alcanzar el poder. Lo estamos permitiendo simplemente con no pensar.

En una sociedad en la que nos reconocemos por lo que hacemos y no por lo que somos prima demostrar que estamos muy ocupados. Siendo así, ¿puede tener cabida la reflexión en nuestro entorno? Pensar requiere un esfuerzo. Un entrenamiento constante que se aprende desde la educación. Si a nosotros, como adultos nos cuesta, ¿Podemos exigir a los jóvenes (el futuro) que lo hagan?

Como me he expresado en más de una ocasión, el futuro lo gestamos hoy. Y el cambio a construir o a destruir, depende de cada uno de nosotros.

 

Cristina Romea


Separación emocional

Este artículo está enfocado hacia los divorcios de mutuo acuerdo donde no hay violencia.

Un divorcio no consiste únicamente en una separación física. Si se desea rehacer la vida sintiéndose libre, es necesario realizar una separación emocional. Esto se logra responsabilizándose cada uno de sus emociones.

La violencia puede comenzar sin darnos cuenta de manera sutil e ir incrementándose a lo largo del proceso. Por eso es importante tomar conciencia de las emociones dominantes de cada uno.

Tanto en mi libro Evolución, como en Pan con vino y azúcar, expongo claves reflexivas que invitan a responsabilizarnos de nuestras emociones para beneficio propio y común.

Os resumo que la culpabilidad y el miedo son emociones reactivas, no reflexivas. Si no tomamos conciencia de cómo actúan nos llevarán al sufrimiento una y otra vez. Y en lugar de aprender del proceso, enfocarán a la pareja a destruirse mutuamente.

Yo misma pasé por ese proceso por lo que quiero compartir con vosotros las fases que me ayudaron a superar esa etapa para llegar acuerdos sin que las emociones nos arrastraran.

En un proceso de divorcio se pasa por diferentes fases:

En la primera, trabajé internamente para rebajar los niveles de estrés. La tendencia era culpabilizar a mi pareja por lo que estaba sucediendo. También tomé conciencia de que "desahogarme” con otras personas sobre el “malestar” que me producía mi marido no ayudaba en el proceso. Esta actitud es guiada por el sentimiento de culpabilidad. La culpabilidad va unida al miedo y ambas ofrecen una percepción errónea, exagerada, sobre lo que está sucediendo. 

Reaccionamos ante las emociones de los demás. Lo que nos hace llorar o reír es la emoción transmitida. Por lo tanto, cuando estoy contando una historia desde la emoción dominante de miedo y culpabilidad o rabia, la otra persona, si no es imparcial, nos podrá ofrecer una opinión limitada y poco objetiva.

En el cerebro, tanto la culpabilidad como el miedo, parten del sistema límbico. El que nos quiere proteger. El más reactivo e irracional. Pero le hace falta que nuestro propio Yo, el reflexivo, ponga manos en el asunto para ofrecer soluciones objetivas y constructivas. (Podéis ver mi artículo en este blog titulado: El pensamiento en nuestras creaciones)

Ahora entro en materia de los hijos.

Desconocía que en la familia existen dos cuadros que cuidar. Uno es el de la pareja y otro es el familiar (todos los miembros más los hijos)

Si  hubiéramos nacido en un país donde se tiene en cuenta la integridad personal, nos hubieran ofrecido desde la educación herramientas para crecer emocionalmente independientes y respetuosos con los demás. Cada miembro familiar crecería dentro de su espacio que sería compartido en el cuadro familiar y en el cuadro de la pareja. Pero estamos condicionados por nuestra trayectoria histórica y social por lo que si deseamos sentirnos emocionalmente libres el trabajo debe ser individual.

Cuando se enfoca un divorcio, se rompe el cuadro de la pareja pero el familiar, continúa vivo. Requiere responsabilidad para continuar con el proceso de crecimiento y acompañamiento hacia los hijos: presencial, económica y (no menos importante) emocional.

Esto se comprende muy bien a nivel de empresa. Si los socios rompen, la empresa continúa y más si hay trabajadores de por medio. Bien, una familia es nuestra empresa básica y principal.

Sobre las emociones

Un divorcio es un proceso. No es para toda la vida. Y como todo proceso, se atraviesan emociones muy dolorosas asociadas a una pérdida o muerte. En sí es la muerte del cuadro de la pareja. La diferencia es que esa separación emocional se debe realizar manteniendo el contacto con la otra persona. Es lo que hace el proceso más difícil.

Se pasan por fases: negación, incredulidad, rabia, impotencia. Quienes estén en esta fase no finalizarán de leer este artículo debido a que estarán dominados por sus emociones reactivas. La negación lo impedirá. 

Las emociones no se deben juzgar. Ni podemos taparlas ocupándonos en mil asuntos para evitar sentir. Si hacemos esto, en el momento en que dejemos la actividad volverán a surgir.  Ellas se manifiestan para ayudarnos a trascender esa fase. Caí en esta trampa. Al principio me centré en trabajar todos los días de la semana sin darme permiso para sentir mi dolor emocional. Las emociones no gestionadas dejan dolor en el cuerpo. Es otro tema a desarrollar en otro artículo.

Superada esa fase  surgen otras emociones más constructivas que invitan a descubrir a la persona con la que hemos compartido vida. Con la que hemos creado un universo. En esta fase hay parejas que vuelven a juntarse. Se llama un reencuentro. Ambas han evolucionado por su cuenta, lo que les permite mirarse con otros ojos. Ver sus defectos y virtudes en consonancia con lo que aman.

A fecha de hoy sigo divorciada. He realizado mi evolución. He redescubierto a quien fue mi pareja. Y ahora, ocupa el papel de padre de mis hijas en el cuadro familiar y una de las mejores personas de confianza que tengo.

Sirva este testimonio para reflexionar. Construir o destruir está en nuestras manos.

El error: Y Franco ¿Qué opina de esto?

Algunas personas me suelen comentar que transmito mucha paz cuando estoy a su lado. Y me piden consejos para saber de qué manera pueden gestionar sus emociones. En más de una ocasión he explicado que yo no soy psicóloga. Que todo lo que escribo es desde una experiencia por lo tanto no puedo ni debo aconsejar a nadie en su proceso de gestión emocional. Aún así comparto con vosotros mi experiencia porque de los errores he aprendido mucho.


Ante un conflicto, mi procedimiento sano habitual  consiste en gestionar la emoción sin proyectarla en nadie. Siento la emoción dominante que se genera en ese instante y dejo que surja sin cuestionar por qué está surgiendo. Si he de llorar, lloro en soledad. Si siento rabia, salgo a correr o grito para liberar esa tensión. La emoción desbordada, sólo es una manifestación a través del cuerpo de una interpretación errónea asociada a una creencia limitante. 


Mi procedimiento imperfecto e insano, consiste en  proyectar esa culpabilidad en otra persona, a mi pasado o a mí misma. Cuando tomo conciencia de esto surge el sentimiento de culpabilidad. Este se manifiesta para decir: "Ey, reflexiona para que no vuelva a suceder".  Entonces observo la situación alejada de toda emoción de enfado para poder ver con claridad qué ha sucedido y de qué manera lo he interpretado. A partir de aquí podré tener una comunicación abierta sobre la situación con la otra persona, si esta lo desea, enfocándome primero a pedir perdón y ofreciendo la posibilidad de dialogar sobre lo que ha sucedido para poder avanzar o cerrar situaciones.


Como humanos el error forma parte de nosotros. La culpabilidad nunca ayudará a avanzar si no nos paramos a reflexionar. Si en una situación conflictiva nos quedamos únicamente con la parte dañada sintiéndonos ofendidos, perderemos de vista todo lo que esa relación nos ha aportado en positivo. Y en lugar de construir continuaremos defendiéndonos de estados emocionales erróneamente gestionados. La tendencia será confundir esa emoción con la persona. Es decir, identificarla como tal, alejándonos de descubrir algo tan bello como el alma humana, con sus perfecciones e imperfecciones. 


El valor hacia uno mismo, hacia  la amistad o a hacia la familia es digno de ser cuidado, atendido, protegido y mimado si se desea que perdure en el tiempo. Las emociones erróneamente gestionadas son un indicativo de que algo debe trascender para no repetir las mismas historias por  lo tanto el error cumple su misión evolutiva.


El castigo por errar nos viene dado históricamente por una sociedad dictatorial donde todavía quedan posos en nosotros mismos y en los demás. La conciencia avanza desde la parte individual a la colectiva.

Cristina Romea

 




Exposición para la paz





En enero de 2018, inauguramos en Gernika la exposición para la paz, de la mano del comisario y crítico de arte, Massimiliano Tonelli.
Fue un evento precioso donde la diversidad de artistas tuvo cabida y acogida: músicos, poetas, artistas plásticos, fotógrafos y performance.

Una magnífica experiencia.





  




Poema al niño/a interior



Foto pixabay: Kellepics

Ayer cuidé pero no de ti.

Perdida en el camino respiré sin aire.

Hoy te encuentro mal herida en mitad de un bosque sombrío.

Y te acuno desde el centro enviándote un latido.

Levanta la mirada, niña mía.

Recoge de la ombría los más valiosos frutos.

Dirígete a la pradera y entrégate a descubrir,

cuántas maravillas vienen a por ti.


Y una sonrisa se dibujó en ella.


Cristina Romea

El Perdón



 

El Perdón no es sólo una palabra a pronunciar.
A lo largo de toda la historia ha habido guerras, asesinatos, terrorismo, dictaduras (a nivel individual y colectivo). A quienes nos tocó vivir el terrorismo de ETA nos estremece todavía recordar sus actos. Quienes vivieron la Guerra Civil Española por ambos bandos, también. La emoción dominante (rabia o rencor) exige (con razón) una justificación para mitigar ese dolor.
Ahora bien, en el momento en que el tiempo apacigua las aguas, es necesario mirar hacia delante para continuar construyendo. El pasado no se puede cambiar. El dolor continuará estando. Y lo sucedido jamás se podrá olvidar. La información no se borra, es necesario transformarla.
Perdonar no es pronunciar la palabra "perdón". Es un trabajo interno y llega desde una comprensión profunda de las circunstancias por parte de todos. Es un trabajo únicamente individual que beneficia al colectivo. Sembrar rencor o desconfianza continúa acercando más ese dolor al presente. Y desde ahí, la violencia (sea cual sea) continuará tomando su forma.

Pequeño mensaje de Amor

 


Si Ana Frank pudiera enviarnos un mensaje, tal vez lo haría de la siguiente manera:

“Bienvenidos a la casa de arriba, también llamada cielo.

En mi vida terrenal pasé dos  años y medio escondida con mi familia, por ser judía. Con la incertidumbre de que en cualquier momento podían dar una patada a la puerta y pegarnos un tiro a cada uno de nosotros.

Teníamos un inconveniente y es que a los judíos escondidos no se nos permitía tener acceso a un psicólogo a domicilio, por lo que utilicé mi Diario como diván terapéutico.

Ahora veo el mundo desde las alturas,  junto con aquellos que perecieron en el horror. Soy una luz que contempla vuestra vida terrenal desde la calma, pues la destrucción no es divina, sino humana. No puedo estremecerme. Sólo esperar desde aquí que la humanidad evolucione hacia el Amor.

Observo: los conflictos actuales y sus consecuencias; los desplazamientos humanitarios; la manipulación mental de aquellos que se creen más fuertes hacia quienes se creen más débiles; el hambre en los países más necesitados.  Contemplo, en general, la lucha por el poder en todos los rincones del planeta. Un error tremendo que parte de la inconsciencia de los humanos, pues el mayor poder que puede experimentar una persona se encuentra a través del Amor. El Amor tiene el poder de  hacer que te sientas gigante y ver a quienes te rodean semejantes a ti. Quien piense que el poder significa posesión material o territorial se posiciona en su propia destrucción convirtiéndose en la persona más ruin y necia del planeta. También contemplo la belleza del entorno natural que os protege y de todas aquellas personas que se mueven desde el corazón sin perder la esperanza de que se produzca un cambio hacia un mundo mejor.

La calma y el Amor que vivimos desde el cielo es la utopía anhelada en la Tierra.”

 

Desapego




¿Recordáis vuestra infancia, vuestros juegos?
Jugábamos disfrutando del momento. Acordaos cuando venía algún adulto a cortarnos el juego; ¡cómo nos molestaba! Nosotros sentíamos cuándo era hora de dejar el juego y cuando comenzar otro sin ningún tipo de apego.

Llegamos a la etapa de adultos y esa capacidad innata la dejamos dormir. Nos educan enseñándonos a apegarnos a las situaciones, personas o materia. Somos árboles de hojas caducas. Todo cuanto confluye en las etapas de nuestras vidas se transforma. Y al igual que los árboles renuevan sus hojas, nuestras situaciones también se renuevan.

La vida se puede experimentar como pequeñas etapas evolutivas. Finaliza una… a por otra, soltando la anterior y entrando en la nueva desde la sabiduría adquirida. Como el juego de un niño. 

La resistencia al cambio es una trampa. La mente utiliza los recuerdos para que nos aferremos a lo que tuvimos pero que ya no está, alejándonos del presente. Cegándonos ante nuestra nueva vida y oportunidad de crecimiento.

El desapego aporta experiencias de libertad, apertura y seguridad pues en este mundo nada muere, sencillamente se transforma en función del estado de conciencia de cada uno.

Cristina Romea

¿A qué tienes miedo?



¿Cuántos miedos existen?
Miedo a perder. Miedo a enamorarse. Miedo a emprender. Miedo a soltar. Miedo a morir. Miedo al fracaso...
La lista puede ser larga dependiendo de la situación de cada uno. Pero en sí, el miedo solo es uno. Las reacciones son exactamente igual en todos los casos.
Se manifiesta físicamente en la boca del estómago y se extiende por las ramificaciones nerviosas contaminando el cuerpo y paralizando la musculatura. Las emociones se bloquean y perdemos la capacidad de reacción y toma de decisiones. En definitiva perdemos nuestro poder ante él.
El miedo se puede paliar centrándonos en la respiración. De esta manera podremos escuchar esos mensajes sin que nos arrastren o arruinen el día.
Si realizáramos una caricatura sobre el miedo surgiría un niño encogido, pequeño y desgarbado con gesto de pánico. Así, lejos de querer aniquilarlo es conveniente observarlo con compasión. Darle la mano y escucharlo. Susurrarle que estamos con él y que nos vamos a encargar de ayudarle a confiar. En el momento en que comience a sentir nuestra presencia comenzará a confiar y nuestras situaciones a mejorar pues habremos recuperado nuestro poder.
Este artículo que expongo no parte de ninguna teoría psicológica. Parte de una experiencia vital con grandes resultados.

A mis lectores

Estimado/a lector/a: Me complace presentarte mis publicaciones y compartir contigo reflexiones cercanas, sencillas y poéticas que invitan a ...