Mabel Ander Pixabay
De vez en cuando me gusta pasear por lugares tranquilos. Estos paseos me
sirven para crear paralelismos entre la naturaleza y nuestra manera de vivir.
Paseando por un bosque reflexioné: “árboles creciendo juntos. Cada uno se
alimenta de sus propias raíces. Distintas especies forman un conjunto
paisajístico. No falta ni sobra ningún árbol. Si se quita alguno el paisaje
cambiará y su función variará”.
La naturaleza crea paisajes y microclimas para acoger a la vida. Es un
trabajo de cooperación sin posesión.
El paralelismo encontrado fue: “pertenezco a este mundo aunque nada ni
nadie me pertenece”. Y la libertad se despertó en mí.