Somos más de lo que creemos ser

Eduardo Domingos, Pixabay 

Vivir en armonía no es ignorar los acontecimientos. Es tomar conciencia de lo que está sucediendo alrededor y en uno mismo para trabajar desde un compromiso coherente.

Si observamos nuestros movimientos diarios, comprobaremos que se pueden comparar a una escena de teatro. Cada uno acude a sus quehaceres cumpliendo su papel, sólo que muchas veces se actúa sin escuchar la voz del Director.

La presencia total en el escenario es fundamental para el desarrollo de una obra. La presencia total en nuestra vida es fundamental para el desarrollo de esta. Y nosotros, somos los protagonistas.

Dentro de nosotros hay una voz de miedo y culpabilidad enjuiciadora programada desde el pensamiento de carencia. Se llama ego; un espectador que no cesa de parlotear.

Cada uno tiene un Director. Sólo debemos aprender a escucharlo. Él es paciente y espera.


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