Infancia herida

 

Nuestros antepasados no pudieron cuidar sus emociones. Nos pasaron el testimonio de su herida.

Brindemos un homenaje atendiendo lo que se les negó: dignificar su existencia.


Ayer cuidé pero no de ti

Perdida en el camino respiré sin aire.

Hoy te encuentro malherida en mitad de un bosque sombrío

Y te acuno desde el centro enviándote un latido.

Levanta la mirada niña mía.

Levanta la mirada niño mío.

Dirígete a la pradera y entrégate a descubrir

Cuántas maravillas vienen a por ti.



Sobre este blog

Leandro de Carvalho, Pixabay   Todas las entradas tienen una lógica secuencial por lo que te aconsejo que comiences leyendo de principio a f...