Infancia herida

 

Nuestros antepasados no pudieron cuidar sus emociones. Nos pasaron el testimonio de su herida.

Brindemos un homenaje atendiendo lo que se les negó: dignificar su existencia.


Ayer cuidé pero no de ti

Perdida en el camino respiré sin aire.

Hoy te encuentro malherida en mitad de un bosque sombrío

Y te acuno desde el centro enviándote un latido.

Levanta la mirada niña mía.

Levanta la mirada niño mío.

Recoge de la ombría los más valiosos frutos.

Dirígete a la pradera y entrégate a descubrir

Cuántas maravillas vienen a por ti.



Sobre mí

Escritora y conferenciante Nací en 1971 en Sabadell (Barcelona). Crecí en la frontera entre la dictadura y la transición donde en los colegi...